domingo, 5 de agosto de 2007

EL TUNGSTENO

VALLEJO VISTO COMO ANTROPOLOGO

Publicado por César Abraham Vallejo Mendoza en 1931, este célebre escritor-ensayista-poeta, peruano que nació en Santiago de Chuco el 16 de marzo de 1892 y falleció en Paris el 15 de abril de 1938. El presente, es una acotación que se hace al trabajo “Polémica Indígena” –debido a nosotros los indios o runas somos los que nos convertimos en esclavos de nuestras propias minas–, en la cual el autor de la recopilación hace mención de la pérdida u ocultamiento de los escritos de Vallejo sobre este tema; con este genial escrito podremos entender como él entendió el problema Mina – Indio y cual fue para él la solución a este problema. Para esto se ha realizado un análisis sólo de los personaje de los SORAS, teniendo en cuenta que los demás personajes (mineros, la dirección de la compañía, cajero, ingeniero, comerciante, comisario y agrimensor) giran alrededor de ellos, esto se debería a la ideología con que escribió esta obra fue la marxista (pudiéndose ubicar como stalinista). Los ideales que escribió sobre el Runa se encuentra en esta obra bajo el personaje de los SORAS, en el cual nos da las características que forman parte de la personalidad de los Runas, estos son:

  1. Los mineros encontraron en los soras todo género de apoyo y una candorosa y alegre mansedumbre, jugando un rol muy importante.
  2. Los soras cedían sus granos, ganados, artefactos y servicios personales, sin tasa ni reserva, y, lo que es más, sin remuneración alguna. Se contentaban con vivir en armoniosa y desinteresada amistad con los mineros a los que miraban con cierta curiosidad infantil. (Pág. 49).
  3. El sora vio sonreir al obrero, (Sonrisa de Burla por el obrero), y él también sonrió maquinalmente, sin motivo. El sora las vio, (dinero), como una criatura que no acababa de entender una cosa. (Pág. 50).
  4. El sora no entendía el lenguaje “socorro” o “cuanto quieres”. Sólo quería agitarse y obrar y entretenerse, y nada más. Porque no podían los soras estarse quietos. Iban, venían, alegres, acezando, tensas las venas y erecto el músculo en la acción, en los pastoreos, en la siembra, en el aporque, en la caza de vicuñas y guanacos salvajes, o trepando las rocas y precipicios, en Demostraban tal confianza en los otros, que en ocasiones inspiraban lástima. Desconocían la operación de compra – venta. (Pág. 51).
  5. Los soras andaban seducidos por las cosas, raras, para sus mentes budas y salvajes, que veían en el bazar: franelas en colores, botellas pintorescas, paquetes policromos, fósforos, caramelos, baldes brillantes, transparentes vasos, etc. Los soras se sentían atraídos al bazar, como ciertos insectos a la luz. (Pág. 52 – 53).
  6. El sora no se había dado cuenta de si esa operación de cambiar su terreno de ocas con una garrafa el sora, era justa o injusta. (Pág. 53).
  7. La conciencia económica de los soras era muy simple: mientras pudiese trabajar y tuviesen cómo y dónde trabajar, para obtener lo justo y necesario para vivir, el resto no le importaba. Solamente el día en que les faltase dónde y cómo trabajar para subsistir, sólo entonces abrían acaso los ojos y opondrían a sus explotadores una resistencia seguramente encarnizada. Su lucha con los mineros, sería entonces a vida o muerte. (Pág. 54).
  8. Los obreros observaban diciendo que son los mismos soras unos zonzos. Si le dan el precio, bien; si no les dan, también. Si les piden sus chacras, se ríen como una gracia y se la regala en el acto. Son unos animales. ¡Unos estúpidos! ¡Y más pagados de su suerte!...¡Que se frieguen! Los veían como si estuviesen locos o fuera de la realidad. (Pág. 54 – 55).
  9. Leónidas Benites decía con aire de filósofo redentor y dolorido ¡Pobres Soras! Son unos cobardes y unos estúpidos. Todo lo hacen porque no tienen coraje para defender sus intereses. Son incapaces de decir no. Raza endeble, servil, humilde hasta lo increíble. ¡Me dan pena y me dan rabia! (Pág. 56).
  10. A los indios, -Ing. Rubio-, les gusta la vida activa, el trabajo, abrir brechas en las tierras vírgenes, ir tras de los animales salvajes. Esa es su costumbre y su manera de ser. Se deshacen de sus cosas, sólo por lanzarse de nuevo en busca de otros ganados y otras chozas. Y así viven contentos y felices. Ignoran lo que es el derecho de la propiedad privad y creen que todos pueden agarrar indistintamente las cosas, Ejm: La puerta de la oficina que se la llevo a su corral. (Pág. 57).
  11. Rubio responde a Benites: ¿Llama usted débiles a quienes enfrentan a los bosques y jalcas, entre animales feroces y toda clase de peligros, a buscarse la vida? (Pág. 58).
  12. Machuca dice: Los soras son unos indios duros, indensibles al dolor ajeno y que no se dan cuenta de nada Ejm: La risa del sora ante el dolor del muchacho. Son unos crueles y despiadados, unos fríos de corazón, les falta ser cristianos y practicar las virtudes de la Iglesia. (Pág. 59).
  13. Benites dijo preocupado: Los indios y los peones no pueden ser Gobierno. No saben ni leer. Son aún ignorantes. (Pág. 174).

Haciendo un análisis a su obra "Tungsteno" se puede decir que Vallejo tenía una visión antropológica de nosotros los Indios o “runas” que se sintetizaban en lo siguiente: "son personas con gusto al trabajo manual, alegres, desinteresados, curiosos, sin conciencia comercial, humildes, aguerridos, recios, ignorantes y anárquicos". En esta obra se observa que Vallejo presta rasgos suyos a tres personajes (Benites, el apuntador o cajero y el herrero Huanca) que deciden poner en marcha la revolución, cómo si él desearía ser uno de los que la lleve a cabo; también se vislumbra el rol que juegan los extranjeros en su explotación y los intelectuales humanistas-izquierdistas en su “liberación guiada”.

Esto demuestra como la historia y en particular la antropología india o runa han estado a merced de las metodologías de los estudios extranjeros, los cuales han repercutido en forma gravitante en el conocimiento de los investigadores y/o autores peruanos que siguieron esos mismos parámetros o llegaron a los mismos resultados que los autores extranjeros.
En este sentido Vallejo muestra las tendencias de los resultados de los análisis del hombre runa que gravitaban en su época en el sentido sociológico, histórico e ideológico propios de su época pero que siguen siendo vigentes en los análisis generales que aún se hacen, a pesar de que las investigaciones internacionales apuntan a análisis específicos y de corte estadístico o lógico inductivo con alguna explicación en conjunto.
Vallejo parece afirmar la conclusión de que la historia del Perú fue y sigue siendo escrita o guiada por extranjeros, de ahí su poder de dominio no sólo es socioeconómico sino también geopolítico, científico y educativo. De ahí que sigue siendo vigente el pensamiento político de “liberación propia” ante la dominación.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Cesar Vallejo, Novelas y cuentos completos (1998) Ed. Ediciones Copé, Lima. Pág. 215 - 324; 425 pág.

2. Biografía de César Vallejo. Escrita por su esposa Georgette de Vallejo. Publicado en http://www.geocities.com/cesar_vallejo_2000/biogr.htm

3. Arquézolo Castro, Manuel (1987) “La Polémica del Indigenismo”. Ed. Mosca Azul, Lima. 177 pág.

1 comentario:

valeria dijo...

esta obra me parece muy importante ya que nos muestra como trabajo el indiguena